La primera persona en una máquina para la limpieza de patentes fue David Hess en el año 1860. Amas de casa en América se habían convertido al uso de tapices y alfombras, un rasgo llevados por las olas de inmigrantes procedentes de Europa, para cubrir sus pisos de madera desnudas y mantener el polvo y la suciedad al mínimo. Cuando estaban sucias, tuvieron que ser llevado fuera, de alguna manera suspendido en el aire y luego golpeado con una varilla de metal o palo de madera pesada.
Un poco más tarde alguien inventó un pequeño, el dispositivo de aspecto raqueta de tenis pidieron una batidora alfombra precisamente este fin. Sr. Hess pronto se dieron cuenta que probablemente fue una manera más fácil de limpiar alfombras sin todo el alboroto y desorden y inventaron la barredora de alfombra que tenía un cepillo rotativo combinado con un sistema de fuelles que crea succión. Su invención sorprendente también utiliza dos cámaras de agua para atrapar el polvo y suciedad fina. El único problema con máquina de Sr. Hess es que no hay ninguna prueba de que nunca se produjo.
Después de la invención de Sr. Hess, vino un período de invenciones más salvajes y weirder que buscaba lograr lo mismo. En el 1870 finales, Melville Bissell (suena familiar?) comercializa una barredora de alfombra que recogió la suciedad y cayó en una panorámica trasera el cepillo rotativo. En 1899, John Thurman inventó una gasolina aspiradora que se le atribuye ser la primera versión motorizada. En 1901 Hubert Booth de Londres inventó el vacío eléctrico, un dispositivo tan grande que se estaba estacionado fuera de la casa y una manguera de 100 pies largo snaked su camino dentro y hicieron el trabajo sucio.
El dispositivo fue tan popular que amas de casa en Londres celebraron partes vacío para disfrutar del evento. No fue hasta 1908 cuando James Spangler, un conserje en Ohio, inventó el primer portátil, limpiador--aspiración precursora de máquinas de alta tecnología de hoy. Vendió su patente al marido de su prima, William Hoover (también familiarizado?) y el resto, como dicen, es historia.
Una breve historia de aspiradoras
